jueves, 22 de octubre de 2009

DEMOCRACIA EN CRISIS

En noviembre de 2008 el DANE realizó una encuesta a nivel nacional que buscó entre otras cosas; indagar sobre el nivel de apoyo de los colombianos a la democracia, e identificar los factores que están asociados a este respaldo. Igualmente, conocer las motivaciones para la participación política y la abstención electoral en el país. Por último, identificar los factores asociados a la participación ciudadana y examinar la percepción de confianza de los ciudadanos frente a algunas instituciones públicas.

Sin conocer a fondo las motivaciones que llevo a esta organización del Estado a elaborar tal encuesta, podemos inferir con el temor a equivocarnos, que se trata de una percepción generalizada de “crisis democrática” en Colombia. El punto aquí es que aunque se sostiene a vox populi que somos un país democrático, las instituciones y/o organismos que la constituyen no respalda este orden político.

Asistimos hoy en día, a un desinterés generalizado por la participación en asuntos que atañe a la sociedad colombiana en general aunado a la desconfianza reciproca entre Estado y sociedad civil. El “tape – tape”, los falsos positivos, las chuzadas telefónicas, los escándalos de parapolítica, los altos niveles de corrupción públicas y demás acciones plagas de altas cargas de moralismo ha producido en la sociedad colombiano un rechaza tácito al sistema democrático y lo que este representa.

Debemos reconocer también que la sociedad colombiana se presenta impasible ante los diferentes instrumentos de partición política que ha creado a través de la historia el sistema democrático. Ante esto la encuesta realizada por el DANE presenta ciertas incongruencias, si bien, la encuesta se produce sobre una muestra poblacional un poco reducida para cubrir la percepción de una país con algo más de 40 millones de habitantes, aun así, se hace manifiesta la apatía de los colombianos.

La crisis de la democracia no hace referencia a su extensión, sino, a su falta de aplicabilidad dentro de un Estado que se jacta de ser democrático. Las instituciones no funcional y crean desconfianza respecto los ciudadanos y a su vez, estos ni participan ni intentan cambiar lo que para muchos trunca el buen direccionamiento del país. Este último aspecto resulta de la falta de información sobre los mecanismos de participación y la apatía generalizada por el tema político.

1 comentario:

  1. El artículo se siente un tanto "atropellado". Hay que poner pausas. Hay errores de coherencia que bien pueden arreglarse con una lectura reposada de la columna ("los altos niveles de corrupción públicas...")

    OJO que no tuvo en cuenta los datos del DANE. Construyó la columna desde sus planteamientos y no tomó en cuenta lo que dijo la genete y que cuantificó el DANE.

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