La internacionalización del conflicto como concepto no ha logrado concatenar las diferentes visiones que se han desarrollado al interior de la academia nacional, por el contrario esas diferentes posturas se mantienen independientes y como tal intentan explicar que es y cuando estamos frente a un proceso de internacionalización. La academia colombiana sugiere a nivel de aproximación: la desarrollada por Leonardo Carvajal y Rodrigo Pardo y la definición de Sandra Borda. Para los primeros, la internacionalización es definida como “el grado de exposición de un asunto a la comunidad de naciones y demás actores del sistema mundial”[1].
Por otra parte, Borda sugiere que la internacionalización es un proceso en el cual un actor toma la decisión explícita y consciente de involucrar agentes externos en cualquier fase del conflicto doméstico. Asimismo, la habilidad para internacionalizarlo no es monopolio del Estado, ya que terceros tienen la posibilidad de emprender el proceso[2]. No obstante, se debe reconocer que existen asimetrías de poder que se reflejan en las capacidades de los diferentes actores a la hora de internacionalizar dicho conflicto.
En las últimas décadas, con todas sus debilidades estructurales el proceso de internacionalización del conflicto armado colombiano se ha convertido en un tema prioritario de la agenda internacional del país. Este hecho guarda una estrecha relación con el auge de diferentes fenómenos que sean desarrolla tanto al interior de país como en el escenario internacional. Los estadistas, aquellos que están en la facultad de tomar la determinación de internacionalizar el conflicto lo han hecho basándose en las dos doctrinas que han permeado la política exterior colombiana, el Respice Polum y Respice Similia.
Entre aquellos que responden al plano nacional se encuentran; un mayor nivel de confrontación entre la Fuerza Pública y los actores antisistema, el origen, desarrollo y expansión del narcotráfico, la consolidación de los grupos paramilitares, y en general, la degradación del conflicto interno. Por otra parte, el escenario internacional plantea la dualidad de una cooperación diplomática para aquellos que propenden por una paz negociada. Con los atentados del 11 de septiembre en los Estados Unidos, el escenario internacional ha experimentado una transformación en la cual, el conflicto colombiano juega un papel relevante (lucha contra el narcotráfico y el terrorismo) y los últimos gobiernos han sabido “aprovechar” dicha transformación para situar el conflicto a escala internacional.
Quienes por medio de un análisis minucioso han determinado que en Colombia no se lleva acabo de manera correcta el proceso de política exterior, a razón de que este, no responde a hechos coherentes y continuos en sus fines y acciones. Así como al hecho de no manifestarse firme y decidida, lo cual se consigue siempre y cuando el Estado sea auténticamente soberano de sus actos. Basándonos en estos argumentos no yerran quienes sostienen que en Colombia no se ha construido una estrategia, sino que las acciones de los gobernantes corresponden al azar.
[1] Pardo, Rodrigo y Carvajal Leonardo “La internacionalización del conflicto doméstico y los procesos de paz.” En Desafíos y prioridades para la política exterior colombiana Fescol Bogotá 2003 p.185
[2] Borda, Sandra “La Internacionalización del conflicto armado después del 11 de septiembre: ¿la ejecución de una estrategia diplomática hábil o la simple ocurrencia de lo inevitable?” En Colombia Internacional No. 65. p 4
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